domingo, 9 de octubre de 2016

Padres sobreprotectores y su influencia en el aprendizaje de los hijos





Cómo padres, cuando observamos las decisiones que van tomando nuestros hijos, miramos con atención hacia donde se están dirigiendo, y “nos da temor” que puedan caer en una dolorosa experiencia,  que les lleve al sufrimiento.

Oscar Wilde, escritor decía:

“Con las mejores intenciones se obtienen, la mayoría de las veces, los peores efectos”.

La sobreprotección hacia los hijos, les impide descubrirse, porque como mamá o papá solucionan todo; ese hijo no aprende a hacer uso de  sus habilidades y menos a desarrollar su creatividad. Emocionalmente, se transforma en un Peter Pan, porque lo que aprende es a temer a la vida.

¿Qué puede esconder la sobreprotección?

Dentro de lo que he podido observar en consulta existen ciertas dinámicas que ante esta experiencia se repite con frecuencia:

Padres que se sienten culpables:
Algunos embarazos fueron no deseados o quizás quisiste abortar, y cuando el bebé nace cambia la percepción del sentir de los padres, quedando un vestigio de la sensación primaria de “no ser un hijo deseado”. Con el afán de compensar esa sensación, lo empapamos de “amor” desde el “yo lo hago por ti, hijo”.

La misma situación sucede cuando como padres no hemos sabido solucionar nuestros conflictos con los hijos, haciendo lo mismo que nuestros padres, hicieron en algún momento…actuando desde la agresividad. Luego del acto violento, con la creencia que podemos revertir ese dolor infantil, actuamos complaciendo los deseos de los más pequeños, así nos sentimos menos culpables…..pero esa actitud nos guía hacia la resistencia de no tomar responsabilidad de nuestros actos, como adultos, ante los más pequeños. Y con esa dinámica, lo que estamos haciendo es  depositar nuestra culpa en los hijos.

Y esta situación, da lugar a otras implicaciones familiares complejas y difíciles para nuestros niños.

Padres que sienten sensación de abandono o rechazo  de  alguno de sus padres:
Cuando los padres sienten que de pequeños fueron abandonados por sus padres incluso estando presentes (ausencia tácita) quieren hacer de su experiencia como padres todo lo contrario proporcionando a los hijos “todo el afecto que no recibieron”, a veces de manera exacerbada. Es decir, exageradamente, llegando a sobrepasar los límites de no dejar que sus hijos, se equivoquen o tomen decisiones propias. Incluso les hacen sus tareas escolares, les leen los libros, no los dejan compartir con sus pares, pasan horas en el establecimiento escolar para ver cómo se desenvuelven sus hijos con los profesores y compañeros. Así muchas otras dinámicas.

Y no se dan cuenta, que este movimiento, lo que hace es que el hijo se sienta abandonado de habilidades y recursos internos, para avanzar por la vida.
La idea, es buscar el equilibrio como padres.

Padres que han tenido carencias afectivas y materiales:

Algunos padres, justifican el llenar de cosas materiales a sus hijos,  queriendo compensar lo que sus propios padres, no pudieron hacer con ellos.
La misma situación, en el caso de carencias emocionales. Más, si lo estás haciendo desde ese sentir… No compensas ni equilibras, lo que estás haciendo es proyectar tu herida infantil y traspasarla a los hijos a través de brindarles todo lo que piden y satisfacer todos sus caprichos.
Llegará el día que los hijos te exigirán más de la cuenta, tal cual como estás obrando desde la sensación que tus padres están al debe contigo.

¿Qué sucede con los aprendizajes?

Los hijos que son sobreprotegidos, en ocasiones se tornan hijos exigentes no sólo con sus padres sino que también con todo aquello que les rodea, porque así como sus padres satisfacen sus necesidades sienten que el mundo debe satisfacer sus requerimientos rindiendo pleitesía.

Otros son niños, que cuando no les resulta algo, se frustran con facilidad llegando incluso a actuar con agresividad con sus pares y profesores o  incluso con ellos mismos.

Se tornan inseguros porque desconocen como ocupar sus habilidades para buscar soluciones. Y culpan a los otros por sus fracasos.
Llegan a finalizar su educación escolar sin conocer dónde están sus intereses. Por ende se vuelven domesticables para cuando la familia interviene dirigiendo su futuro profesional. Lo que acaba en estudiar lo que la familia quiere y no lo que realmente desea.

Buscan parejas dominantes, que les dirijan el qué hacer y cómo hacerlo.
No son capaces de tomar decisiones asertivas. Y la vida les parece una experiencia de sobrevivencia, más que un caminar de evolución personal.

Las metas les parecen tan lejanas que se auto-sabotean constantemente, respaldándose en la frase: “Es que mi madre o papá hacia eso por mi”

No les favorece en absoluto la creatividad, se convierten en personas sumamente manipulables por el entorno o en ocasiones en personas manipuladoras.

Y de esa manera su ser interno se va fragmentando tanto que olvidan quienes en realidad son, en esencia.

Sugerencias para reconstruir aprendizajes significativos:

*Sana tus heridas infantiles.

*Brinda amor desde el sentir que tus padres hicieron lo mejor que ellos podían hacer, con las herramientas de vida que ellos tenían. No les traspases esa sensación de carencia a tus hijos. Ya que se traducen en dinámicas de vida complejas para ellos, incluso pueden desembocar en enfermedades.

*Entrega a tus hijos herramientas de vida que le permitan gestionarse y crear.

* De acuerdo a su edad, entrega responsabilidades en casa.

*Deja que tome decisiones (de acuerdo a su edad) propias. Si sabes que es una opción de aprendizaje, como papá o mamá muéstrele las posibilidades y si aun así quiere guiarse por su sentir, déjale. Lo más probable es que algo tiene que aprender de esa experiencia.

*No cometas el error de hacerle las tareas o leerle los libros, que ellos gestionen el cómo y cuándo realizan sus obligaciones. Son recursos que le servirán en su área profesional y social.

*Ayúdales a planificar su tiempo de estudio y colabora en que cumpla sus  compromisos.

*Sé parte activa en la educación desde el ser quien guía con amor, los aprendizajes.
Destaca sus cualidades y ayuda a desarrollar su potencial. Que el error sólo sea una manera de no hacer las cosas y una puerta a crear otras posibilidades.


Reconstruyendo aprendizajes significativos
Claudia Rodríguez Rolin

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